martes, 15 de septiembre de 2015

Alfajores de maizena, receta clásica argentina

Hoy os traigo la receta de unas galletitas que me encantan y con las que se hacen los tradicionales alfajores de maizena argentinos. Son unas galletas muy ligeras, te podrías comer una bandeja entera sin enterarte (bueno, cuando te quieras poner unos pantalones vaqueros es cuando te enteras, claro) porque no son excesivamente dulces y tienen una textura única, ni muy crujiente ni muy tiernas.

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Alfajores de maizena, ¡deliciosos!
En España se pueden encontrar alfajores de maizena ya elaborados, aunque no es tarea fácil, y si los habéis probado encontraréis diferencia con estas galletas. Los que se comercializan aquí tienen la galleta más gruesa y más tierna y hartan mucho más (de estos no te podrías comer una bandeja entera sin acabar con dolor de tripa), además les suelen poner una capa muy gruesa de dulce de leche. En el caso de la receta que os traigo, sois vosotros quiénes decidís cuánto dulce de leche poner. ¡Ah! como existe gente a la que no le gusta el dulce de leche (de todo tiene que haber) también los podéis rellenar de confitura o de crema de avellanas y chocolate.

Si me leéis desde Argentina o habéis tenido la suerte de probar los que hacen allí, estas galletas os sabrán igual que las que se venden allá, al menos son iguales a todas las que yo probé, que no fueron pocas porque siempre que voy me dedico a zampar todo lo zampable, dulce y salado, ¡todo!

Aquí os dejo la receta y algunos consejos para que os queden deliciosos.

Ingredientes:

100 gramos de mantequilla
150 gramos de azúcar blanquilla
1 yema de huevo
1 huevo
ralladura de medio limón
150 gramos de fécula de maiz
60 gramos de harina de trigo de todo uso
1 cucharadita de levadura

alfajores de maizena
Ingredientes para los alfajores

Es conveniente que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente, pero si os pasa como a mi, que os da el arranque galletero y da igual la hora que sea y que no tengas nada fuera que las vas a hacer sí o sí, os encontraréis con la mantequilla como una piedra. Pero tranquilos, todo tiene arreglo, rallad la mantequilla y se pondrá a temperatura ambiente mucho antes. Eso sí, acabaréis con las manos pringosas de mantequilla, aunque a mi esa sensación no me desagrada.

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Las harinas y la mantequilla rallada y el azúcar.


Lo primero que haremos será batir la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa. En ese momento agregamos la yema y el huevo batidos previamente y mezclamos bien. Tras esto, agregamos la ralladura de la piel de un limón, es importante que solo sea la parte amarilla, ya que la parte blanca de la piel de los cítricos amarga.

En otro bol, tamizamos la fécula de maíz, la harina y la levadura y mezclamos bien. Agregamos todas las harinas a la mezcla de mantequilla, azúcar y huevos y amasamos ligeramente en la encimera enharinada hasta que la masa quede lista y suave. En ese momento la tapamos con un paño y la dejamos reposar unos 15 minutos.

Una vez pasado este tiempo, precalentamos el horno a 180º y estiramos la masa sobre una superficie enharinada hasta que quede con un grosor aproximado de medio centímetro y cortamos las galletas. La masa es muy "tierna", es decir, que al amasar no hay que apretar mucho, sino ir deslizando con delicadeza el palo, también hay que tener precaución al despegar las galletas de la encimera, pues se pueden quedar pegadas y si tiramos de golpe la romperemos, lo mejor es ir poco a poco y, si hace falta, te puedes ayudar de una espátula pequeña.

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Cortamos la masa sobre una superficie enharinada.

Yo he usado un cortador con flora de flor, pero estas galletas las puedes hacer también sin palo de amasar ni cortadores. Si no tienes palo de amasar puedes usar una botella de vino sin etiqueta y muy bien lavado. Si lo que no tienes en casa son cortadores, tranquilo, puedes usar vasos, copas o incluso tapas de plástico.
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En nuestra cocina hay muchos cortadores enmascarados.
Las galletas las colocamos sobre una placa de horno enharinada o con un papel de horno y las introducimos en el horno con calor arriba y abajo (sin ventilador) durante unos 15 minutos. Es muy importante controlar la cocción porque estas galletas no deben tomar color, deben quedar blanquitas. Una vez que estén listas, las dejamos enfriar por completo sobre una rejilla antes de untar una de ellas con dulce de leche (mis favoritos son de la marca Chimbote y Havanna) y cubrirlas con otra.

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Las galletitas por un lado y con el relleno de dulce de leche.
Si no las váis a consumir en el momento, es mejor guardarlas sin el relleno para evitar que se humedezcan. Yo las guardo en un botecito y me preparo el alfajor al momento. Ñam, ñam... ¡a disfrutar!

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